Hablando desde nuestra experiencia, es una regla no escrita que nuestros clientes pregunten dos cosas respecto a la implementación de la industria 4.0: ¿Cuánto me va a costar? y ¿En cuánto tiempo voy a ver resultados? Preguntas complicadas,  puesto que cada caso representa un universo de posibilidades; cada cliente tiene un nivel distinto de maduración tecnológica. Es decir, el precio de una transformación digital dependerá de qué dimensiones tiene el proyecto, cuántos dispositivos y sensores serán requeridos, entre otras cosas. 

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Sin embargo, en este artículo nos enfocaremos en una nueva pregunta que puede ser aplicable para cualquiera…

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¿Me conviene digitalizarme?

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Por lo general, para definir si nuestra inversión se convertirá en un gasto o será redituable nos remontamos al ROI (Retorno de inversión), específicamente en la TIR (Tasa Interna de Retorno), la cual nos va indicar el tiempo en el cual veremos el payback. No obstante, el beneficio económico no es el único indicador que nos dirá si acertamos o no. Por ejemplo, un elemento muy importante es el tiene que ver con la capacidad de escalación digital que tiene una empresa. Es decir el nivel de maduración que puede alcanzar en extracción de datos, y generación de nuevos conocimientos y habilidades para todo el equipo involucrado, con lo cuál podrá en un futuro embarcarse en proyectos de digitalización de mayor tamaño que le podrán duplicar o triplicar su inversión. 

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En otras palabras, el ROI que se encuentra en el almacenar datos histórico de datos extraídos en tiempo real de nuestras máquinas, después de haber medido nuestros procesos (sus variables y KPI´s como el OEE) y elevado nuestra productividad, nos permitirá implementar un plan de mantenimiento predictivo, que mediante la integración de herramientas como machine learning se reducirá el tiempo y costo de implementación futuras de un proyecto.  

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Agregado a esto, no podemos perder de vista nuestro indicador de OEE, que por sí solo ya ejemplifica la frase “Hacer más con menos”. Pues, menos piezas malas o residuos por cada lote, y menos horas de producción por pieza, brindan por sí solos posibilidades de crecimiento y expansión económica bastante considerables, de esta forma la inversión se vuelve rentable al facilitar los procesos de fabricación. 

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¿Y si fallo en el intento?

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Si bien es cierto que los beneficios de una digitalización industrial son diversos y redituables, existen también muchos contratiempos en el camino de transformación digital que no impiden sacar provecho de nuestra inversión. Entre ellos podemos encontrar los siguientes: 

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No tener una mente abierta

La rigidez actúa como una barrera para la escalación digital, pues se pierde la oportunidad de incorporar los nuevos modos de hacer que arrojan las herramientas tecnológicas. Para adoptar un sistema de digitalización de piso de producción se necesita estar abierto a todos los resultados. 

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Un mal diagnóstico

Al realizar el análisis inicial  del estado de la organización es necesario llevarlo a cabo de manera completa, profunda. Si lo comparamos a cuando acudimos a una revisión médica, es preciso que seamos totalmente transparentes para que pueda diagnosticarnos y no permitamos que nuestros errores nos quiten fuerza. 

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No saber hacia dónde voy 

Invertir en tecnología sin tener un plan o idea precisa de qué se quiere lograr afectará severamente nuestra inversión. Es necesario planificar antes de decidirse apostar por una digitalización industrial, es decir, saber qué áreas específicas involucraré para que los indicadores deseo mejorar puedan verse reflejados en el ROI.

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¿Cómo convierto un gasto en una inversión?

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Algunos tips que recomendamos para que una vez que has decidido invertir en tecnología, pases a la siguiente etapa, esta es, beneficiarte de tu inversión: 

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Definir un Champion Digital: 

Si queremos una transformación digital que dé resultados es preciso asignar un responsable del proyecto que llevará la carga del mismo, generando un compromiso que  guiará al equipo hacia el cumplimiento de objetivos. 

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La comunicación es el arma secreta: 

Se debe establecer un plan de comunicación periódica entre los  principales involucrados y los líderes de proyecto para formar un equipo multifuncional.

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Caminar no correr: 

Cada empresa es distinta y debemos enfocarnos en la resolución de las necesidades reales de la misma. Atender los desafíos ya existentes de rendimiento, y seguir un enfoque de fortalezas, basándose en soluciones que ya han funcionado bien. 

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Pensar en el futuro: 

Comprometerse con el proyecto es y será uno de los factores de éxito para cualquier organización. Se necesitan definir metas, objetivos y planes durante el tiempo programado para que la inversión de sus resultados.  Por ejemplo, establecer un periodo de 2 años para alcanzar un OEE de 90% requerirá que se realicen planeación a largo, corto y mediano plazo en conjunto con los planes de acción para atender el proyecto. 

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Digitalizarse o no… Esa es la cuestión 

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El camino hacia la transformación digital es largo y durante el proceso las empresas pueden desanimarse. Sin embargo, si se plantea desde un inicio una estrategia de digitalización clara y sólida que programe acciones y tiempos acorde a ellas se puede alcanzar un Retorno de Inversión, un indicador de OEE y una TIR adecuada y progresivo para cada organización. 

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